INGREDIENTES (Para 100 ml de aceite)
100 ml de aceite de oliva.
20 ml de leche.
4 dientes de ajo pelados.
Sal.
ELABORACIÓN
1. Triturar los dientes de ajo, la sal y 20 ml de aceite con una batidora o vaso de mezcla. Reservar en un recipiente.
2. Poner la leche en el vaso de la batidora o en el vaso de mezcla, añadir el aceite y el ajo reservado y el resto del aceite. Triturar a velocidad media (o pulsando de forma intermitente el botón de marcha de la batidora en el caso de que no se pueda regular la velocidad de la máquina) durante 5'' (manteniendo la batidora, en su caso, en el fondo del vaso). Triturar a velocidad máxima hasta que el ali-oli empiece a ligar. En el caso de usar una batidora, levantarla lentamente sin dejar el botón de marcha, y remover durante 3''.
Esta no es la receta tradicional de ali-oli. La palabra ali-oli viene del catalán all i oli, que significa ajo y aceite. De este modo, la receta tradicional tiene como ingredientes principales el ajo y el aceite. Se elabora machacando las cabezas de ajo en un mortero ayudándose de la sal para que no el ajo no resbale tanto en el mortero. Luego se va añadiendo lentamente el aceite, removiendo la mezcla con la mano de mortero hasta que se consigue que la salsa ligue por completo.
Un truco para que ligue mejor es añadir un poquito de zumo de limón o agua cuando todavía no se ha añadido mucho aceite.
Sin embargo, ligar esta salsa es algo difícil de conseguir y, si no se hace muy bien, resulta algo inestable.
Otro truco es añadir a la mezcla una yema de huevo, de modo que se obtiene una mayonesa tradicional con ajo. El problema es que el huevo es un producto muy perecedero que hace que se tenga que consumir la salsa casi inmediatamente si no se quiere tener riesgo de intoxicación por salmonelosis. Y aún así (sobretodo en verano) no se garantiza la seguridad suficiente porque el huevo crudo es susceptible de contener salmonela.
Así pues, la receta propuesta proporciona fácilmente una gran cantidad de salsa, muy estable y que se puede guardar con seguridad en el frigorífico (pues la leche que se consume actualmente suele ser pasteurizada) para ser consumida días después.
También se le puede añadir (al principio) una punta de colorante alimentario para dar un color más verosímil a la salsa.
Esta salsa suele acompañar carnes a la brasa, patatas asadas o, incluso, fideuá. A ser tan estable se puede gratinar sin que pierda consistencia.
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